Creo que dentro de 20 años los cambios en el escenario de la enseñanza no alcanzaran modificar de forma radical el proceso de aprendizaje, espero que la escuela del futuro sea adaptada, atractiva y en fase con los cambios de la sociedad para la ciudadanía.
Gracias a su « mochila virtual », el alumno se formará a diario y a su ritmo gracias a una gran flexibilidad en la enseñanza ofrecida. El alumno dominará el uso de software informáticos libres que le proporcionarán unas fuentes de información, una capacidad de adaptación de forma continua. Libremente el alumno podrá acceder a la enseñanza a distancia que será en cualquier momento del día disponible a partir de donde lo había dejado. Pero podrá también si lo necesita acudir a un centro de formación para llevar a cabo un trabajo colaborativo y debatir cara a cara de un tema con otros alumnos o con su tutor.
Además, el proceso didáctico tendrá un fin socializador, es decir por ejemplo que como consumidor y productor a la vez, el alumno se verá obligado en debatir, a través de un foro siempre accesible y de gran interactividad sobre los últimos acontecimientos socio-políticos nacionales e internacionales. La educación del futuro tendrá que garantizar, a un tiempo y para todos, el saber socialmente considerado como básico, y también tendrá que llevar a fondo los proyectos formativos nacidos de la libre reflexión personal.
Quiero entender el futuro como un proceso por el cual alguien o algo llegan a ser (es decir el devenir). Así que creo también importante que el dominio escolar y extra-escolar concuerdan para que el alumno se sienta totalmente integrado en la sociedad y que su formación coincida con sus prioridades individuales. Para eso, las nuevas tecnologías permitirán a que el alumno use su herramienta de trabajo también para sus ocios y pienso entonces que el tutor podrá interferir en este dominio para proponer a su alumno trabajar a partir de unos temas que luego en su vida cotidiana le sirven de algo y así aumentará el ánimo del alumno de forma proporcional a la edad. Aunque la enseñanza se comprometerá en hacer que el alumno se haga más responsable, los padres ellos tendrán también que aliarse al proceso. Padres y hijos aprovecharan las TIC para trabajar en común ya que los dos dominarán las nuevas tecnologías sin límites de tiempo o espacio, para garantizar la libertad y la prosperidad general.
Gracias a su « mochila virtual », el alumno se formará a diario y a su ritmo gracias a una gran flexibilidad en la enseñanza ofrecida. El alumno dominará el uso de software informáticos libres que le proporcionarán unas fuentes de información, una capacidad de adaptación de forma continua. Libremente el alumno podrá acceder a la enseñanza a distancia que será en cualquier momento del día disponible a partir de donde lo había dejado. Pero podrá también si lo necesita acudir a un centro de formación para llevar a cabo un trabajo colaborativo y debatir cara a cara de un tema con otros alumnos o con su tutor.
Además, el proceso didáctico tendrá un fin socializador, es decir por ejemplo que como consumidor y productor a la vez, el alumno se verá obligado en debatir, a través de un foro siempre accesible y de gran interactividad sobre los últimos acontecimientos socio-políticos nacionales e internacionales. La educación del futuro tendrá que garantizar, a un tiempo y para todos, el saber socialmente considerado como básico, y también tendrá que llevar a fondo los proyectos formativos nacidos de la libre reflexión personal.
Quiero entender el futuro como un proceso por el cual alguien o algo llegan a ser (es decir el devenir). Así que creo también importante que el dominio escolar y extra-escolar concuerdan para que el alumno se sienta totalmente integrado en la sociedad y que su formación coincida con sus prioridades individuales. Para eso, las nuevas tecnologías permitirán a que el alumno use su herramienta de trabajo también para sus ocios y pienso entonces que el tutor podrá interferir en este dominio para proponer a su alumno trabajar a partir de unos temas que luego en su vida cotidiana le sirven de algo y así aumentará el ánimo del alumno de forma proporcional a la edad. Aunque la enseñanza se comprometerá en hacer que el alumno se haga más responsable, los padres ellos tendrán también que aliarse al proceso. Padres y hijos aprovecharan las TIC para trabajar en común ya que los dos dominarán las nuevas tecnologías sin límites de tiempo o espacio, para garantizar la libertad y la prosperidad general.
